Así es pasar la mano por el lenguaje vivo de los símbolos, de las historias que cuentan sus relieves. La madera se impregna con la intención de la gubia, que verbaliza una dimensión a través de la geometría y la forma. Desde pergaminos eternizados en las vetas del bosque hasta paisajes de lo cotidiano, pasando por el escapismo de lo surreal y la presencia vibrante de los seres que pueblan los grandes mitos…, estos son los pactos de una tinta que no se borra.
La grandeza del alfabeto sin letras en el que convergen vista, tacto y universalidad. Atrévete a maravillarte en este recodo del tiempo.